Mónica y Rocío nos encargaron una tarta para una boda de unos amigos de aproximadamente un metro de altura y, para nosotras que nos gustan los retos, nos pusimos a fantasear con la idea y visualizar mas o menos como la haríamos.
Era muy original porque los novios tenían que ser personalizados, ella con bata blanca de Química y a el le gustaba el Betis, la cosa se nos complicaba.
Pensamos en Ángeles, una conocida que hace muñequitas de fieltro, y le pedimos que nos hiciera los muñecos para la tarta.
Todo marchaba hasta que hablamos con el restaurante para llevar la tarta y nos pusieron algunas pegas así que todo lo que estaba organizado se nos chafó. Pero Mónica y Rocío no se iban a rendir facilmente así que consiguieron convencer al encargado del restaurante y pudimos hacerla.
Lleva cuatro plantas y la de abajo del todo mide 70 cm sin chuches así que paso a paso vamos a mostrar como la hicimos.
En esta tarta colaboramos todos, hasta mi hijo, nos separó los pinchitos por colores.
Solo tardamos en hacerla un par de horas, aunque pueda parecer increíble, las inspiración y las ganas de hacerla hacia que el trabajo fuera muy fluido.
El traslado fue gracias a nuestros chicos y la la camarera(carrito) de mi abuela . Hubo que abatir el asiento de mi coche para llevarla y cada vez que crujía el celofan creíamos que se nos desmontaba aunque iba sobre una estructura metálica que nos hizo el cuñado de Luisa.
Primero la llevamos a que la viera Rocío que, guapisima, acababa de salir de la peluquería y le gustó mucho el resultado.
Después fuimos a llevarla a la hacienda y cuando la colocamos sobre la mesa nos dio como un poco de sentimiento de separarnos de ella, seria por las ganas y con la ilusión con la que la hicimos.
También nos quedamos con las ganas de verles las caras a los novios cuando vieran la tarta, que particularmente, es el momento que mas nos gusta.
Así que si tenéis fotos de la boda que queráis que publiquemos nos las mandáis y nosotras las ponemos.
Desde aquí queremos felicitar a los novios y esperamos que todo saliese de rechupete.
Esta ha sido para una comunión que esperamos que haya salido estupendamente porque hubo un contratiempo de salud, así que esperamos que disfrutaseis mucho en vuestro día.
En esta tarta colaboramos todos, hasta mi hijo, nos separó los pinchitos por colores.
Solo tardamos en hacerla un par de horas, aunque pueda parecer increíble, las inspiración y las ganas de hacerla hacia que el trabajo fuera muy fluido.
El traslado fue gracias a nuestros chicos y la la camarera(carrito) de mi abuela . Hubo que abatir el asiento de mi coche para llevarla y cada vez que crujía el celofan creíamos que se nos desmontaba aunque iba sobre una estructura metálica que nos hizo el cuñado de Luisa.
Primero la llevamos a que la viera Rocío que, guapisima, acababa de salir de la peluquería y le gustó mucho el resultado.
También nos quedamos con las ganas de verles las caras a los novios cuando vieran la tarta, que particularmente, es el momento que mas nos gusta.
Durante estos meses no nos ha faltado el chorreillo de tartas para cumpleaños.
